Porque la poesía es la que legisla ese saber y ese no saber. Y es en la poesía donde el deseo y la locura plasman su ser. Se sabe de antaño que la poesía (mucho antes que las matemáticas dieran un nuevo rumbo a la humanidad) hablaba de una voz más acá de dios y, sin embargo, humana. A partir de ese momento, a la razón de las ciencias se le oponía lo que había sido su propia posibilidad de ser, la poesía. Y la poesía como sinrazón, como estallido sangrante en medio de cualquier vida, de cualquier historia. Aun, como sinrazón, cuando los más ambiciosos tratando hacerla más aceptable la transformaban en filosofía. Quiero decir que mucho antes que la locura hablara por sí misma, la poesía habló por ella.
Miguel Oscar Menassa - 1979
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