sábado, 27 de diciembre de 2014

POEMAS DE LUCIA SERRANO TRADUCIDOS POR AMIGOS DEL MUNDO A DISTINTOS IDIOMAS

(me enorgullece esta vuestra manera de acompañar mis pasos, los iré publicando, gracias)

en esta ocasión dos poemas de mi primer  libro y mi último libro publicados....vamos....


TORMENTAS – LUCIA SERRANO

Desatada la furia,
todo fue interior.
Crecí así,
con el torbellino
del viento,
dentro de mi corazón.
 (del libro “Blues para la Corona” – 1995)

VUELVO PORVENIR – LUCIA SERRANO

Adiós
ayeres
majestuosos,
estatuas
de
elefantes
blancos.

Vuelvo porvenir
para encontrarte.


(del libro “CARAMELO” – 2013)

TRADUCIDOS AL ÁRABE POR MOHAMED EL MOURADI
(intérprete oficial de la Mezquita de Palermo – Bs.As.-Argentina,
 y traductor público nacional)



عواصف- لوسيا سيرانو
اشتعل الغيظ الهائج 
فكان كل شيء دواخل. 
كبرتُ أنا هكذا، 
مع زوبعة 
الريح، 
وبداخل فؤادي.
(من كتاب 'موسيقى البلوز لأجل التاج' ١٩٩٥)
--------------
أغدو مستقبلا- لوسيا سيرانو
وداعا 
أيتها الآماس 
العظيمة، 
وَيَا تماثيل 
الفيلة البيضاء.
سأغدو مستقبلا 
لكي أجدك.
(من كتاب 'كراميل' ٢٠١٣)


STORMS - Lucía Serrano

(traducción al inglés por Bárbara Briscioli)

Unleashed fury,
everything was interior.
Igrew so,
with the whirl
of the wind,
inside my heart.

(of the book "Blues for the Crown")


I RETURN FUTURE - Lucía Serrano

(traducción al inglés por Bárbara Briscioli)

Bye
majestic
yesterdays,
statues
of
white
elephants.

I return future
to find you

(of the book "Candy")



ORAGES – Lucía Serrano

(traducción al francés por Claire Deloupy)



                 Déchaînée la furie,

                 tout fut intérieur.

                 J’ai grandi ainsi,

                 avec le tourbillon

                 du vent,

                 dans mon cœur.

   (du livre «  Blues pour la Couronne »)



  
JE REVIENS AVENIR – Lucía Serrano

(traducción al francés por Claire Deloupy)

Adieu
hiers
majestueux,
statues
d’éléphants
blancs.

Je reviens avenir,
 pour te rencontrer.

(du livre « Caramelo »)


Tempeste - Lucía Serrano

(traducción al italiano por María Laura Panico


Scatenata la furia
tutto é stato dentro di me
sono cresciuta cosí
con il vórtice
del vento
dentro il mio cuore.

(del libro "Blues para la Corona")

miércoles, 19 de noviembre de 2014


DESTRUCCION BAJO EL MAR


Suelo descender a profundidades oceánicas
que en partes todavía sin explorar de mi espíritu existen.
Allí mi atormentado mundo no acaba de formarse
o se desintegró hace mucho y sus ruinas en mi alma se mueven.


Son esas partes mudas, desconocidas, de anfibios horizontes
que no se han visto nunca y sin embargo se recuerdan.
Seguido por moluscos y esponjas ambulantes,
quelonios y estrellas de mar, hacia abajo navego.
Glaucos ojos esféricos de asteroide o de atún me contemplan
invadir como huésped intruso.
Más abajo mi alma choca contra arrecifes de oro
que tienen perlas incrustadas y corales crecientes.


Mi deseo vital les extiende las manos
y ese núcleo de estrellas encantadas y de oro se rompe.
Arriba en la superficie círculo fugaz de espumas delata
que algo que no fue mío pereció para siempre.
Más abajo encuentro escombros de volúmenes como cúpulas
de una ciudad castigada por el mar. Tal vez la pretérita
ciudad mía,
aquella de las casas purísimas y los altares elevados
al universo; la desaparecida ciudad mía que hoy suplica
desde lo más patético de su estrago sin lágrimas,
aprisionada por fúnebre peso de sal y de exterminio.
Desciendo más y más y descubro en declives
de colores lacustres, más augurio de estrago.
Allí se disolvió un arco iris que ahora tiñe de sangre,
y de azul
y de verde
y de lila,
la concentrada palpitación de aquel submar.
Grupos de figuras vencidas me recuerdan
tantos seres amados. Allí están con las sienes
inundadas, las manos densamente inundadas,
mientras vegetaciones marítimas absorben
la claridad que les subía por las venas hasta el árbol del sueño.
Y bajo más y más hasta los paraísos
amorfos y frustados de mi ser, y hasta las catacumbas
en donde el grito del sepulcro
no logra evasión.
Y desciendo y desciendo vertical y vertiginoso
hasta lo más profundo mío, allá donde mi esencia
principia a confundirse con el origen de las cosas
increadas o inconclusas.
Declino hasta lo más eterno y profundo mío, allá donde mi
cuerpo
ya no me pertenece ni mi alma; al fondo del gran mar
disolvente y licuante
en donde me sumerjo desde hace siglos, desde ayer, desde
hoy mismo,
para volver desde hace siglos cada instante a la tierra,
al centro de las formas que me ven regresar de la nada,
deshecha en mil jirones mi escafandra de viento
y con la frente empapada por sudor que todo lo corroe,
semejante al agua con yodo del mar, o a esa otra furia
de ese otro mar que nombro y que golpea como el corazón
de un hombre
contra los acantilados del Tiempo.

GERMÁN PARDO GARCÍA

martes, 28 de octubre de 2014

PATERNIDAD



Fantasía de la mujer que baila, y del viejo
que es su padre y una vez la tuvo en la sangre
y la hizo una noche, gozando en un lecho, desnudo.
Ella se apura por llegar a tiempo para desvestirse
y allí hay otros viejos que esperan. Todos
le devoran, cuando ella salta en el baile, la fuerza
de las piernas con los ojos, pero los viejos tiemblan.
Casi desnuda está la chica. Y los jóvenes miran
con sonrisas, y alguno querría estar desnudo.

Se parecen todos a su padre los viejos entusiastas
y son todos, vacilantes, un resto de cuerpo
que ha gozado otros cuerpos. También los jóvenes un día
serán padres, y la mujer es para todos una sola.
Ha ocurrido en silencio. Una alegría profunda
invade la oscuridad delante de la joven viva.
Todos los cuerpos no son más que un cuerpo, uno solo
que se mueve clavando las miradas de todos.

Esta sangre, que recorre los miembros firmes
de la joven, es la que se hiela en los viejos;
y su padre que fuma en silencio, acalorado,
no salta, pero él ha hecho a la hija que baila.
Hay un perfume y un estallido en el cuerpo de ella
que es el mismo en el viejo, y en los viejos. En silencio
fuma el padre y espera que vuelva, vestida.
Todos esperan, jóvenes y viejos, y la miran fijo;
y cada uno, bebiendo solo, volverá a pensar en ella.

CESARE PAVESE


martes, 30 de septiembre de 2014

SOMOS NUESTROS PROPIOS DEMONIOS

James Joyce le escribía a Nora, en 1904:
"Ahora me escribes y me preguntas qué demonios me pasaba la otra noche. Me mirabas como si estuvieras triste por algo que no había ocurrido y que habría podido gustarte"
A quién no le ocurrió alguna vez, o muchas veces, ser malinterpretado, ser objeto de un malentendido. Alguien que malinterpreta una frase, algún pasaje alguna carta, algún silbido de noche, algún encuentro, como si el recuerdo de ese encuentro lo turbara.
Continúa: "Anoche te hablé sarcásticamente, pero hablaba del mundo, no de ti. Soy enemigo de la bajeza y la esclavitud de la gente, no de ti. ¿No puedes advertir la sencillez que hay detrás de todos mis disfraces?"
A quién no le ocurrió alguna vez creerse "el mundo" y luego darse cuenta que el mundo es siempre más grande que uno y no puedo ingresar en él sino como vagabundo.
Cuando me encuentro con el otro que amo, por ejemplo, me siento fascinado. No logro clasificarlo porque es único para mí. Algo así como la imagen que responde a la especificidad de mi deseo. No puede ser nombrado por nada que ya esté nombrado, es absolutamente nuevo. Sin embargo, seguramente hemos amado y amaremos muchas veces en la vida, pero existe un rasgo común, por especial que sea mi deseo.
Ese a quien amo no tiene descripción ni definición, es alguien que, según R. Barthes hace temblar el mismo lenguaje. No puedo hablar de él ni sobre él. Todo atributo es falso porque es incalificable. Luego, me doy cuenta que tal originalidad no es ni el otro ni yo mismo, sino la relación. La originalidad de la relación es lo que se debería poder conquistar.
Otro ejemplo sería: cuando me siento herido por algo, esas heridas en realidad me vienen de aquello que clasifico empecinadamente, de lo que defino, es decir, del estereotipo.
Sin embargo estoy obligado a hacerme el enamorado como todo el mundo: de vez en cuando ponerme celoso, sentirme abandonado, frustrado. Pero cuando la relación es original, todo esto definible (fui abandonado), es eliminado, pues no tienen espacio, es una relación sin lugar. Es decir, por buscar la iluminación en el otro término perdiéndome la luz.
Nadie puede imaginar un mundo en el que el deseo dejara de turbamos definitivamente. Tendríamos que ponemos cada día un fin y el medio para llegar a esos fines en todos los casos es el trabajo. Sin trabajo ni siquiera existe el otro, la relación. No tengo con quién relacionarme. Esperar tener los medios para llegar al fin, es no llegar nunca al fin. La vida no puede ser reducida a los medios que la hacen posible, esto forma parte de la razón y el deseo siempre desafía a la razón.
La esencia del hombre siempre se basó en la sexualidad, no en la razón. Esto nos planta en la ambigüedad de la vida humana. Al respecto dice G. Bataille: "La violencia del deseo se halla en lo más hondo de mi corazón y al mismo tiempo esta violencia es el corazón de la muerte, se abre en mí."
Joyce concluye la carta: "¿Dónde estarás el sábado, el domingo, el lunes por la noche, para que no pueda verte?"


miércoles, 24 de septiembre de 2014

GERMÁN PARDO GARCÍA

PARAISO PERDIDO

Fui en esa casa el hijo bienamado.
Cuando los otros niños se alejaban
a cazar mariposas en el bosque,
yo quedaba en silencio, paralítico,
cual otra mariposa aprisionada
bajo la intimidad de una alacena.
Viví a la orilla del sepulcro, oyendo
devorarse a sí misinos los gusanos,
y adquirí desde entonces un sentido
larval de la existencia y de las cosas.
Al que la muerte besa desde niño,
será siempre un cadáver transeúnte.
Mi padre me acunaba y me decía:
¿cuándo vas a volar, hijo del aire?
Y al fin abrí las alas dolorosas.

Hoy tengo setenta años. Ya no existe
mi padre; y en la casa, único huésped,
el frío lastimero la transita.
Mas he vuelto y clamado: soy el águila
que retorna a morir donde naciera.

Estos muros son míos. Estas ruinas
por derecho natal me pertenecen.
Mi padre me las dio en su testamento,
y a la vez un turpial y un gallo mudo.
Yo soy el albañil de estas paredes
y el mezclador de cal y el hortelano.

Y quise entrar, sentarme en esos quicios,
comer lo que sobrara de esas frutas
y restaurar las duelas amarillas.
Mas un ángel nocturno v silencioso,
bajo la faz de un perro amenazante,
desnudó las espadas de sus dientes
y me negó la entrada al paraíso.

jueves, 28 de agosto de 2014

EN TI PENSABA

En ti pensaba, en tus cabellos
Que el mundo de la sombra envidiaría,
Y puse un punto de mi vida en ellos
Y quise yo soñar que tú eras mía.

Ando yo por la tierra con los ojos
Alzados -¡oh, mi afán!- a tanta altura
Que en ira altiva o míseros sonrojos
Encendiólos la humana criatura.

Vivir: -saber morir-; así me aqueja
Este infausto buscar, este bien fiero,
Y todo el Ser en mi alma se refleja,
Y buscando sin fe, de fe me muero.

JOSE MARTI
1974 - BUENOS AIRES
EDITORIAL REVISTA “GRUPO CERO” Nº 0
1. ¿El psicoanálisis tarde o temprano recurre a la poesía?
Para la poesía no fue necesario.
2. ¿El psicoanálisis en su práctica supone un contrato con la cultura?
La poesía siempre es un acto contracultural, se acerca a la naturaleza, tiene que ver con el hombre.
3. ¿Al psicoanalista se le exige dedicación?
Al poeta se le exige dedicación y talento.
4. ¿Palabras que tarde o temprano reconstruirán una imagen primitiva?
Palabras que tarde o temprano construirán una nueva imagen.

5. ¿Experiencia en donde a nadie se le rompe definitivamente el corazón?
Si todo está destruido cuando se comienza, no caben dudas, la posibilidad es poética.
6. ¿Entre la psicosis y la poesía existe un abismo?
Para la poesía el mito es su entretenimiento y no su destino.
7. ¿El psicoanálisis permite optar?
La poesía no da alternativas.
8. ¿Un buen psicoanalista tarde o temprano gana el dinero suficiente como para pervertir su bondad?
Los buenos poetas no existen; la condición esencial para el ejercicio poético es la crueldad.
9. ¿Al psicoanalista se le pide siempre lo mismo, represión?
Cuando la poesía estalla en mí, lo reconozco, soy un placer infinito.
10. ¿El psicoanalista tiene salvación?
La poesía sabe de su esclavitud. La salvación no tiene sentido.


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3116)

martes, 15 de abril de 2014

COMO UN DESEO


Como un deseo,
y nadie sabe si será de silencio
o de perfume.
Como un impulso,
y nadie sabe si lo proporcionan las hormigas,
las nubes de la noche, las yeguas locas.
Como un enigma,
y nadie sabe si le corresponde a Dios,
al hombre , al polvo,
resolverlo.
Como un prólogo,
y nadie sabe si le seguirán los frutos,
las palabras, los reproches disimulados.
Como una ciencia
y nadie sabe a quién corresponde,
útil o caprichosa
o mil veces contradictoria.
Como un asombro,
y nadie sabe si existe alguien
para asombrarse, para ser feliz,
para determinar las grandes desgracias.
Como una ley,
y nadie sabe si hay que proferirla,
callarla, escribirla de nuevo
o llevarle cada mañana máscaras nuevas.

Alain Bosquet

jueves, 10 de abril de 2014

LA DE SIEMPRE, TODA

Si les digo que todo lo dejé
es porque ya no es ella de mi cuerpo,
nunca de eso me jacté,
no es verdad
y la bruma de fondo donde voy
no sabe nunca si he pasado.
Sólo yo puedo hablar
del abanico de su boca, y del destello de sus ojos
sólo yo estoy rodeado
por el espejo nulo donde el aire me cruza
y el aire tiene un rostro, un rostro enamorado,
un rostro amado, el tuyo,
y a ti sin nombre e ignorada por los otros,
el mar te dice: sobre mí, y el cielo: sobre mí,
los astros te adivinan, las nubes te imaginan
y la sangre esparcida en los mejores tiempos,
la sangre de la generosidad,
te lleva con delicia.
Yo canto la alegría de cantarte,
y la alegría de tenerte o no tenerte,
el candor de esperarte, la ingenuidad de conocerte,
tú que suprimes el olvido, la espera y la ignorancia,
que suprimes la ausencia y que me das al mundo,
canto para cantar, te amo para cantar
ese misterio donde
tu amor me crea y se libera.
Eres pura, más pura todavía que yo.
PAUL ELUARD

viernes, 21 de febrero de 2014

KONSTANTINOS KAVAFIS

ÍTACA

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca,
ruega que tu camino sea largo,
y rico en aventuras y experiencias.
Ni a Lestrigones, ni a Cíclopes,
ni a la cólera de Poseidón temas.
No verás tales seres en tu camino,
si tus pensamientos son altos,
si tu cuerpo y tu alma
no se dejan invadir por turbias emociones.
No encontrarás a Lestrigones
ni al Poseidón colérico
si no los llevas en ti mismo,
si no es tu espíritu quien los presenta.
Ruega que tu camino sea largo,
que innumerables sean las mañanas de verano
que (¡con cuánta delicia!)
llegues a puertos vistos por vez primera.
Haz escala en los emporios fenicios,
y adquiere bellas mercancías:
coral y nácar, ámbar y ébano,
y mil obsedentes perfumes.
Adquiere cuanto puedas de esos lujosos perfumes.
Visita numerosas ciudades egipcias,
e instrúyete ávidamente con sus sabios.
Ten siempre a Ítaca presente en el espíritu.
Tu meta es llegar a ella,
pero no acortes tu viaje:
más vale que dure largos años
y que abordes al fin tu isla
en los días de tu vejez,
rico de cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te ha dado un deslumbrante viaje:
sin ella, el camino no hubieras emprendido.
Más ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres,
no hubo engaño.
Sabio como te has vuelto
con tantas experiencias,
comprenderás al fin
qué significan las Ítacas.